lunes, 11 de junio de 2007

Bolsa chica. Boca grande

Después de 5 años viviendo en Paraná, compré mi primer "cestito" de basura*... Es así, como poco a poco, siendo estudiante, una se va muniendo de diferentes cosas -que al otro no le sirven, entonces te las dá, o el pariente de alguien muere y las cosas van a parar a tu casa- y así el departamento se convierte en "de todo un poco, de todos los colores y matices"...
Pues bien, volviendo al "cestito", y cansada ya de tener como basurero la base de una damajuana de vino de 5 lts. (esos cosiacos de plástico tipo red) al que arrojabas yerba, cáscaras, etc., y siempre iban a parar directamente en el suelo, tomé la valiosa decisión de adquirir un basurero nuevo... Mi nuevo y bello "cestito" es gris con tapa negra... en un primer momento tuvo como misión primordial, ser más alto así las cosas que tirabas caían directamente en él -y no había necesidad de agacharse-. El problema suscitó cuando, llegado el "cestito" a mi casa, me dí cuenta que las bolsas que te dan en el super son muy chiquitas en relación a la "boca" que tiene mi "cestito", por lo que la basura termina cayendo indefectiblemente afuera... o bien, como estiro tanto la bolsa para que abarque la circunferencia del recipiente, termina rota y la basura ensucia el "cesto" y es doble trabajo -ya que hay que limpiarlo...-
En fin... creo que mi ex "cestito de base plástica de damajuana de vino" no era tan poco útil como yo pensaba... no lo era... a fin de cuentas lo usé 5 años... y nunca gasté $20 en un cosiaco que sigue ensuciandome el piso y, para peor, me dá más trabajo... Se supone que los sofisticados objetos de la modernidad deben ahorrarte tiempo y esfuerzo!!!... Exijo una explicación!!!



*En mi caso, siempre espero para lo último en comprar cosas que no son primordiales en el momento... pués tengo otro artefacto que suple su función... Lo mismo me pasa con los platos hondos... como nos los utilizo con frecuencia, tengo uno... y si necesito otro -para tomar sopa, por ejemplo...- ocupo una taza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante estudio sobre lo bueno de lo viejo, y lo poco ventajoso que resulto ser lo nuevo. Creo que es un maravilloso ejemplo para ver y darnos cuenta de que empezamos a valorar algunas cosas cuando no las tenemos mas o estamos por perderlas; y que gralmente. no estudiamos bien la situacion en la que estamos ni reparamos en muchas de las cosas que poseemos. Siempre procurando cosas que quizas por no tenerlas suponemos son mejores...
En fin hermanita, no ratonees mas con bolsas de los supermercados y pongan una alcancia en el dpto. y que todos los agraciados en visitarlo sean tan amables en colaborar con una/s moneda/s para comprar bolsas de consorcio. Ja,ja,ja.