domingo, 22 de julio de 2007

Pos Data

Sin intención alguna de querer alterar el atisbo filosófico del escrito anterior –ni querer contradecir su esencia-, quiero emitir un reclamo público: ¿Podría la comunidad científica ponerse de acuerdo? Según infinidad de médicos y nutricionistas coincidían que, el pomelo –en su consumo diario- era un cítrico con muchos beneficios y garantías de una vida saludable. Entre algunas de sus benevolencias se mencionaba la prevención del cáncer y problemas de circulación. Hasta aquí todos contentos. Se vuelve peligroso cuando una paranoica como yo, hace oídos a estas recomendaciones y comienza una ingesta diaria –y en grandes dosis- de esta fruta. Últimos informes de investigaciones publicados recientemente, advierten que el pomelo ingerido diariamente podría producir cáncer de mamas (se asocia la excesiva presencia de estrógeno como un agente relacionado con la aparición de cáncer de mama –entre otros-. Existe una proteína denominada Citocroma P-450 3A4 que es lo que metaboliza las cantidades de estrógeno. Pues bien, es el pomelo el que inhibe esta proteína)
En fin, llevo meses robándole pomelos al árbol de mi hermana, y ahora salen con este último descubrimiento... Por favor! Y aquí cito a mamá Caro: “Dejen de utilizar agroquímicos envenenando la tierra, los alimentos, el agua y el aire, y seguramente, no sólo se reducirán los casos de cáncer, sino que también dejaremos de atribuir culpas a la fruta en sí –que no dudo de su validez científica- ya que todos tendríamos una vida más saludable!!!
Aclaro, la entrada anterior es verídica, pero aún conservo mucho –y más aún- de obsesiva.

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